20 noviembre 2008

Haz lo que yo digo, no lo que yo hago

Hace dos días que se celebró el octogésimo aniversario del natalicio del roedor de la foto que acompaña estas líneas. Debería llevar ya 32 años y dos días en el dominio público pero, como por desgracia todos sabemos, las leyes afectan de distinta manera a los ciudadanos según sus posibles y, en casos extremos como el que nos ocupa, incluso pueden modificarse ad hoc para que satisfagan los intereses de algún grupo empresarial -siempre y cuando su economía sea lo suficientemente boyante para comprar voluntades en los círculos de poder-, sin tener en cuenta que la enmienda sea flagrantemente lesiva para el interés general. Los políticos acatan la voz de su amo y los pecheros solo importamos en la medida en que puedan servirse de nosotros. Sólo tenemos derecho a pagar y callar y cualquier cosa que no sea eso es extemporánea. Y para mantener esto no dudan en hacer y deshacer leyes a su antojo, ya que están supeditadas todas ellas a otra ley inmutable y de rango superior: la Ley del embudo.
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En 1976 Disney se las apañó para que sus prerrogativas pesaran más que el interés público y se prorrogaron sus derechos de 56 a 75 años. En el año 2000, cuando vieron los cuernos al toro de nuevo, se volvieron a ciscar en el bien común, estya vez mediante la Sonny Bono Copyright Term Extension Act, en honor al nombre del senador que la perpetró y conocida por mal nombre Mickey Mouse Protection Act, le quedan otros 16 años para que el ratón pase al dominio público.

Ahora pensemos en Alicia en el País de las Maravillas. Lewis Carroll publicó su inmortal obra en 1865 y Disney estrenó su película fusilándolo en 1951 y sin pagar ni un duro en concepto de derechos y aún hoy siguen haciendo beneficios a su costa. ¿Y si se hubiera aplicado lo mismo que ellos ahora demandan?

¿Qué pasará cuándo la última triquiñuela llegue a su fin? Lo más seguro es que venga una nueva aún más ignominiosa, tal y como ha venido sucediendo pero, de no ser así, su uso no será tampoco libre ya que no sólo está protegido por los derechos de autor, sino que también es una marca registrada asociada a The Walt Disney Company, cuya vigencia podría prolongarse hasta el fin de los tiempos.

Podríamos entrar también en cuanto a los derechos de autor que tiene derecho un autor que lleva muerto 42 años, pero eso es otra historia.

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